Su consumo no solo no es nocivo, sino que es necesario ya que nuestro organismo la transforma en energía. Eso sí, su ingesta debe ser siempre moderada, ya que su exceso la convierte en un gran enemigo para nuestro cuerpo, con una larga lista de efectos nocivos para nuestra salud.
Son tantos los peligros para la salud que hemos decidido dividir este especial sobre lasrazones por las que el azúcar es malo para la salud en dos partes. En esta primera nos vamos a centrar en los cinco primeras razones que nos deben concienciar sobre la necesidad de limitar el consumo de azúcar a lo imprescindible.

¿Por qué el azúcar es malo para la salud?

Para conocer las razones de por qué el azúcar es malo para la salud, has de tener en cuenta los siguientes puntos:
1- Seguramente lo hayas escuchado en multitud de ocasiones, pero nunca viene mal incidir en ello: los azúcares añadidos (como pueden ser la sacarosa o el jarabe de maíz de alta fructosa) contienen un alto contenido de calorías sin nutrientes esenciales. Por este razón, se les denomina calorías “vacías”, ya que no aportan proteínas, ni grasas esenciales, ni vitaminas o minerales… tan sólo pura energía.
Cuando un 15-20% de las calorías que comemos provienen del azúcar y sus derivados, estamos produciendo un gran desequilibrio en el cuerpo, ya que contaremos con un importante déficit de nutrientes.
Por otra parte, el azúcar es muy malo para los dientes, puesto que proporciona energía de fácil asimilación a las bacterias “malas” que se encuentran en nuestra boca.
2- Para entender este punto, es necesario entender por qué el azúcar es malo para la salud y puede dañar nuestro organismo. Antes de que el azúcar entre en el torrente sanguíneo desde el tracto digestivo, se descompone en dos azúcares simples: glucosa y fructosa. El problema es que la fructosa sólo puede ser metabolizada por el hígado en pequeñas cantidades.
Esto supone que no tendremos ningún problema si ingerimos pequeñas cantidades de azúcar (como la que aporta la fruta) o justo después de terminar una sesión de ejercicio. En este caso, la fructosa se convierte en glucógeno y se almacena en el hígado hasta que la necesitemos.
Sin embargo, si el hígado está lleno de glucógeno, comer una gran cantidad de fructosa sobrecarga el hígado, obligándole a transformar la fructosa en grasa. Si este proceso se repite de forma regular, puede derivar en hígado graso y todo un cúmulo de consecuencias graves para nuestra salud. Eso sí, es casi imposible tener exceso de fructosa consumiendo fruta, por lo que deberemos controlar es otro tipo de alimentos, como dulces, bollería industrial y derivados del azúcar.
3- La insulina es una hormona muy importante para nuestro organismo. Permite que laglucosa (azúcar en la sangre) entre en las células del torrente sanguíneo y les “indica” que comiencen a quemar dicha glucosa en lugar de la grasa.
Tener demasiada glucosa en la sangre es altamente tóxico, y una de las principales causantes de las complicaciones más habituales de la diabetes, como la ceguera, otra razón de peso para determinar que el azúcar es malo para la salud.
Una característica común de la disfunción metabólica es que le insulina deja de funcionar como debería. Las células se vuelven resistente a la misma. Este problema se ha convertido en toda una epidemia en los países occidentales. Y es que la resistencia a la insulina es causante de multitud de enfermedades, incluyendo el síndrome metabólico, la obesidad, enfermedades cardiovasculares y, en especial, la diabetes de tipo II.
En última instancia, cuando la resistencia a la insulina empeora progresivamente, el páncreas no puede mantener hacer frente a la alta demanda de producción de insulina necesaria para mantener los niveles de azúcar en la sangre bajos. Es en este punto cuando los niveles de azúcar en la sangre se disparan y se realiza el diagnóstico de la diabetes tipo II.